Poder decir adiós

Dos grandes lecciones me quedan ésta semana, una; lo que está quieto déjalo quieto, dos; no es tan malo intentar algo, si te equivocas sólo perdiste el tiempo, no la oportunidad.

Todos crecemos, todos somos tercos a veces, nos aferramos a razones ilógicas, quizás otra enseñanza más: no buscar explicaciones (especialmente si es o fue algo doloroso) todo sucede porque sí, porque así lo provocaste, porque así se dió, o porque no. Aprendí que si alguien se quiere ir se irá, igualmente y así suene a canción desgastada el que quiere quedarse encontrará la manera de hacerlo, a pesar de la distancia.

No todos soportan la desilución, no todos perdonan igual, no todos se alejan igual, no todos reclaman, algunos se callan sumisamente, otros con orgullo y silenciosamente van siguiendo su propio camino, cosa que también deberás hacer. En fín, tocar algunas cosas sólo las arruina, rescatar temas puede ser peligroso, puede ser un arma de doble filo, implica revivir emociones, pero cuando algo revive no lo hace dos veces de la misma manera, algunas veces es dulce y emotiva otras veces sólo es amargo. De ahí la importancia de ser práctic@ y decidid@. De no dar rodeos, de dejar el sentimiento como en un cuadro, que de vez en cuando te asomas a ver, pero que nada lo perturba, nada lo cambia sigue intacto. Qué tan difícil puede llegar a ser ¿no?  Al fin y al cabo como quedó la pintura ya no tiene marcha atrás, pudo ser mejor o peor, depende se cómo lo veas, el hecho es que pintar encima queda mal, tratar de corregirlo depués de un tiempo, uhmm.. tampoco. Entonces simplemente no hay que tocarlo.

De algo me servirá tanta reflexión un día, mientras tanto rescato canciones simplemente y la que más me suena hoy dice algo así..

Poder decir adiós.. es crecer.